Miguel Hiraldo Morales
Marisol Pérez Viuda Rivera
Portadora de la antorcha de un maestro
Portadora de la antorcha de un maestro
“Si quieres entrevistar a una persona prominente, a quien
debes entrevistar es a la secretaria” exclamó lanzando una carcajada que se
dispersó por cada rincón de aquella oficina. A 21 años de la partida del
profesor Otto Orlando Rivera Sánchez, Marisol, siempre con el carisma que la
distingue y su trabajo incansable, no se conforma solo con la administración de
la Escuela Nacional de Locución Prof. Otto Rivera. Esta dama de titanio también
imparte docencia, y en ocasiones, cuando lo ve oportuno, ella misma se encarga
de la limpieza del local.”
MH:
¿Qué fue lo más importante que aprendió de don Otto Rivera?
MP:
A
ser sencilla. Porque la sencillez es lo más rico que puede tener un ser
humano. Con la sencillez usted camina, y no quiero decir con esto de que si
usted es rico, de que si usted es pobre, la sencillez tenga que ver con eso.
MH:
¿Qué es lo que más disfruta de su labor?
MP:
Ustedes. Saber que cuando entran a la escuela vienen a buscar superación, y esa
superación, cuando llegan donde mí, que bueno que aprendan cosas que en su vida
nunca las han escuchado. Cuando se está enseñando, muchos entramos sabiendo
pero en realidad no sabemos, por ejemplo: El nivel de pronunciación que existe hoy en
el país es pésimo. Sabemos hablar pero no pronunciar. Esa es la mayor
satisfacción que siento cuando vienen con ese grave problema a la escuela.
MH:
¿Hay algo que usted no haya logrado aún pero que está luchando por lograr?
MP:
Si, aunque no lo creas, yo no sé conducir. Pero luchar porque quiera conducir
no es en sí el problema; el problema está en que cada día que pasamos, cada vez
hay más personas con deseos de tener un vehículo, y cada vez que sucede eso el
transporte se vuelve caótico. Es un desastre salir a la calle,
donde usted trabaja, mayormente como yo que trabajo, un día puedo trabajar
cuatro horas pero un día puedo trabajar catorce o quince. Imagínese ese día que
trabajo quince, si salgo manejando con un caos de tapones, de bulla, de una
persona indecente, de ver tantas cosas, entonces eso se llama estresarse. Y una
de las causas mayores de esas es lo que yo he mencionado. No me inspiro a
manejar porque cada vez digo: “Que bonito es usted sentirse manejado”.
MH:
En total ¿Cuántas mascotas usted tiene?
MP:
¿En total?, te vas a reír. Tengo en mi casa quince perros. Dentro de ellos hay
nueve Doberman con Rottweiler, los demás son mestizos. Pero además, de tener
esos quince perros, dentro del residencial donde vivo mantengo tres más a la
entrada. Serian dieciocho perros. Siempre he dicho que el animal debe de ser
tratado como un ser humano, porque es un ser viviente que sirve y es un
aliado a tu vida diaria.
MH:
A pesar de su gran solidaridad algunos estudiantes afirman que usted es
ambiciosa, ¿Cuál es su opinión al respecto?
MP:
Si, yo soy ambiciosa de ustedes. Me gusta que se superen. Me gusta que cuando
salgan a la calle, con lo que a ustedes se les enseña aquí, ya estén súper,
súper superados. Por eso es mi ambición. Ambición a que el que no tiene fe,
pues, coja más. Porque sin fe, sin esperanza, y sin amor, esa ambición que
usted anhela siempre, nunca le va a llegar.
MH:
¿A que le atribuye la fama de la Escuela Nacional de Locución Prof. Otto Rivera
de ser la mejor en el país?
MP:
Primero tengo que recordarte que esta escuela fue fundada en el año 1965 con tres
grandes pioneros de la locución dominicana. Su fundador fue don Otto
Rivera, que en paz descanse. Su otro fundador fue Juan Nova Ramírez, ese
decano, maestro de la locución. Y el tercero fue Idelfonso. ¿A que yo le
atribuyo la gran fama “Que dicen ustedes
nosotros tener”?, yo no le diría fama, porque cada cosa tiene su piso, su
zapata, y esta escuela tiene una gran zapata. La zapata de ella formada y la
zapata de cada estudiante que entra a la escuela. Esa es la zapata. La mayor
fama que tenemos es que nuestro empeño total es enseñarlos a ustedes a
pronunciar, enseñarlos a modular, y enseñarles en totalidad cultura general,
dicción, fluidez y entonación. Pero no obstante, la fama que tenemos es que
cuando un estudiante sale de la escuela sale tan bien capacitado que puede irse
más allá de lo que le voy a decir: de formar su propia escuela. Esa es nuestra
fama. Además que son cincuenta años de fundada y ¿Quién no ha pasado por esta
escuela?
MH:
Usted como administradora ¿Tiene en mente implementar novedades en la
estructura de la escuela?
MP:
Desde siempre lo he tenido en mente. Mi deseo mayor es tener nuestro propio local,
donde la escuela tenga más amplitud para podernos desarrollar en más cursos.
Hay cursos que no los podemos dar por espacio, y debido a ese espacio tenemos
que mermar un poco esa enseñanza de varios talleres que se pueden impartir en
ella. Hemos tenido que suspender muchos que nos proponen para ustedes, dejar
que termine uno para entonces continuar el otro. Ese es el sueño que, si dios nos
ayuda algún día, pues podamos encontrar nuestro propio local y en eso vamos y
estamos ya trabajando. Esperando que el señor nos ilumine y que venga algún
samaritano de esos que han pasado por aquí, que han vivido de esto, y que diga
“Téngase su milloncito de pesos, doña Marisol, para que usted entonces, de ahí,
arranque con su propio local”, ¿Y porque no? La escuela necesita un local. Una
vez hicimos una propuesta a un presidente que no diré quién, para ver si nos
ayudaba por lo menos a conseguirnos un local, no regalado, si no el primer
empujón, y de ahí pues empezar a pagarlo con lo mismo que los estudiantes
pagan. Nunca recibimos respuesta.
MH:
¿Cómo califica la radio de la actualidad?
MP:
Es un poco confuso. Calificar la radio es calificar de qué manera se maneja.
Por ejemplo: no suelo escuchar muchas programaciones religiosas, pero cuando
las escucho veo que en verdad el que
trabaja en esa rama le lleva un mensaje al oyente. Le lleva ese mensaje donde
te instruye a que usted tiene que creer en algo, en una religión. Te instruye
también en cultura. Lo demás programas, como usted comprenderá, son variados.
De esas clases de variedades si tenemos muchos buenos, pero hay
muchos que no vale la pena escucharlos. No podemos basarnos en una
emisora que solamente nos lleve cosas malas. Debemos tener informaciones con
más cultura. Ahora mismo hay emisoras que dan pena escucharlas porque te ponen
unos reguetones, te ponen unas bachatas, que en verdad en mis tiempos eso no se
usaba. Pero no le echo la culpa al director del programa ni nada por el estilo,
se la doy al tiempo, a la época. Lamentablemente eso es lo que nosotros estamos
mirando. Una radio moderna. Y dicen que si no nos modernizamos, usted no
nos va a escuchar.
MH:
¿Qué recomendación les da a sus estudiantes de locución?
MP:
Leer. Practicar. Cultivar lo bueno. No le digo que no vea lo malo, porque para
usted aprender de lo malo tiene que ver lo malo. Leer, cultivar, tener
la mejor expresión que posible, y darle al que no tiene lo que usted sabe.
Miguel
Hiraldo Morales.