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martes, 12 de abril de 2016

Marisol Pérez Viuda Rivera

Miguel Hiraldo Morales                                                                         

Marisol Pérez Viuda Rivera
Portadora de la antorcha de un maestro


“Si quieres entrevistar a una persona prominente, a quien debes entrevistar es a la secretaria” exclamó lanzando una carcajada que se dispersó por cada rincón de aquella oficina. A 21 años de la partida del profesor Otto Orlando Rivera Sánchez, Marisol, siempre con el carisma que la distingue y su trabajo incansable, no se conforma solo con la administración de la Escuela Nacional de Locución Prof. Otto Rivera. Esta dama de titanio también imparte docencia, y en ocasiones, cuando lo ve oportuno, ella misma se encarga de la limpieza del local.”

MH: ¿Qué fue lo más importante que aprendió de don Otto Rivera?
MP: A ser sencilla. Porque la sencillez es lo más rico que puede tener un ser humano. Con la sencillez usted camina, y no quiero decir con esto de que si usted es rico, de que si usted es pobre, la sencillez tenga que ver con eso.

MH: ¿Qué es lo que más disfruta de su labor?
MP: Ustedes. Saber que cuando entran a la escuela vienen a buscar superación, y esa superación, cuando llegan donde mí, que bueno que aprendan cosas que en su vida nunca las han escuchado. Cuando se está enseñando, muchos entramos sabiendo pero en realidad no sabemos, por ejemplo: El nivel de pronunciación que existe hoy en el país es pésimo. Sabemos hablar pero no pronunciar. Esa es la mayor satisfacción que siento cuando vienen con ese grave problema a la escuela.

MH: ¿Hay algo que usted no haya logrado aún pero que está luchando por lograr?
MP: Si, aunque no lo creas, yo no sé conducir. Pero luchar porque quiera conducir no es en sí el problema; el problema está en que cada día que pasamos, cada vez hay más personas con deseos de tener un vehículo, y cada vez que sucede eso el transporte se vuelve caótico. Es un desastre salir a la calle, donde usted trabaja, mayormente como yo que trabajo, un día puedo trabajar cuatro horas pero un día puedo trabajar catorce o quince. Imagínese ese día que trabajo quince, si salgo manejando con un caos de tapones, de bulla, de una persona indecente, de ver tantas cosas, entonces eso se llama estresarse. Y una de las causas mayores de esas es lo que yo he mencionado. No me inspiro a manejar porque cada vez digo: “Que bonito es usted sentirse manejado”.

MH: En total ¿Cuántas mascotas usted tiene?
MP: ¿En total?, te vas a reír. Tengo en mi casa quince perros. Dentro de ellos hay nueve Doberman con Rottweiler, los demás son mestizos. Pero además, de tener esos quince perros, dentro del residencial donde vivo mantengo tres más a la entrada. Serian dieciocho perros. Siempre he dicho que el animal debe de ser tratado como un ser humano, porque es un ser viviente que sirve y es un aliado a tu vida diaria.

MH: A pesar de su gran solidaridad algunos estudiantes afirman que usted es ambiciosa, ¿Cuál es su opinión al respecto?
MP: Si, yo soy ambiciosa de ustedes. Me gusta que se superen. Me gusta que cuando salgan a la calle, con lo que a ustedes se les enseña aquí, ya estén súper, súper superados. Por eso es mi ambición. Ambición a que el que no tiene fe, pues, coja más. Porque sin fe, sin esperanza, y sin amor, esa ambición que usted anhela siempre, nunca le va a llegar.

MH: ¿A que le atribuye la fama de la Escuela Nacional de Locución Prof. Otto Rivera de ser la mejor en el país?
MP: Primero tengo que recordarte que esta escuela fue fundada en el año 1965 con tres grandes pioneros de la locución dominicana. Su fundador fue don Otto Rivera, que en paz descanse. Su otro fundador fue Juan Nova Ramírez, ese decano, maestro de la locución. Y el tercero fue Idelfonso. ¿A que yo le atribuyo la gran fama  “Que dicen ustedes nosotros tener”?, yo no le diría fama, porque cada cosa tiene su piso, su zapata, y esta escuela tiene una gran zapata. La zapata de ella formada y la zapata de cada estudiante que entra a la escuela. Esa es la zapata. La mayor fama que tenemos es que nuestro empeño total es enseñarlos a ustedes a pronunciar, enseñarlos a modular, y enseñarles en totalidad cultura general, dicción, fluidez y entonación. Pero no obstante, la fama que tenemos es que cuando un estudiante sale de la escuela sale tan bien capacitado que puede irse más allá de lo que le voy a decir: de formar su propia escuela. Esa es nuestra fama. Además que son cincuenta años de fundada y ¿Quién no ha pasado por esta escuela?

MH: Usted como administradora ¿Tiene en mente implementar novedades en la estructura de la escuela?
MP: Desde siempre lo he tenido en mente. Mi deseo mayor es tener nuestro propio local, donde la escuela tenga más amplitud para podernos desarrollar en más cursos. Hay cursos que no los podemos dar por espacio, y debido a ese espacio tenemos que mermar un poco esa enseñanza de varios talleres que se pueden impartir en ella. Hemos tenido que suspender muchos que nos proponen para ustedes, dejar que termine uno para entonces continuar el otro. Ese es el sueño que, si dios nos ayuda algún día, pues podamos encontrar nuestro propio local y en eso vamos y estamos ya trabajando. Esperando que el señor nos ilumine y que venga algún samaritano de esos que han pasado por aquí, que han vivido de esto, y que diga “Téngase su milloncito de pesos, doña Marisol, para que usted entonces, de ahí, arranque con su propio local”, ¿Y porque no? La escuela necesita un local. Una vez hicimos una propuesta a un presidente que no diré quién, para ver si nos ayudaba por lo menos a conseguirnos un local, no regalado, si no el primer empujón, y de ahí pues empezar a pagarlo con lo mismo que los estudiantes pagan. Nunca recibimos respuesta.

MH: ¿Cómo califica la radio de la actualidad?
MP: Es un poco confuso. Calificar la radio es calificar de qué manera se maneja. Por ejemplo: no suelo escuchar muchas programaciones religiosas, pero cuando las escucho veo que en verdad  el que trabaja en esa rama le lleva un mensaje al oyente. Le lleva ese mensaje donde te instruye a que usted tiene que creer en algo, en una religión. Te instruye también en cultura. Lo demás programas, como usted comprenderá, son variados. De esas clases de variedades si tenemos muchos buenos, pero hay muchos que no vale la pena escucharlos. No podemos basarnos en una emisora que solamente nos lleve cosas malas. Debemos tener informaciones con más cultura. Ahora mismo hay emisoras que dan pena escucharlas porque te ponen unos reguetones, te ponen unas bachatas, que en verdad en mis tiempos eso no se usaba. Pero no le echo la culpa al director del programa ni nada por el estilo, se la doy al tiempo, a la época. Lamentablemente eso es lo que nosotros estamos mirando. Una radio moderna. Y dicen que si no nos modernizamos, usted no nos va a escuchar.
MH: ¿Qué recomendación les da a sus estudiantes de locución?
MP: Leer. Practicar. Cultivar lo bueno. No le digo que no vea lo malo, porque para usted aprender de lo malo tiene que ver lo malo. Leer, cultivar, tener la mejor expresión que posible, y darle al que no tiene lo que usted sabe.


Miguel Hiraldo Morales.